Casi todas las parejas experimentan fases de desacuerdo a lo largo de los años. Estas fases pueden ser más o menos duraderas, y terminar de forma pacífica o bien sin llegar a resolverse.
En cualquiera de los casos, si consideramos que la pareja ha llegado a un punto de crisis, es conveniente buscar asesoramiento profesional para que nos ayude a enfocar la cuestión. Desde el punto de vista legal, los abogados matrimonialistas podemos hacer un estudio de la situación y explicar a los miembros de la pareja qué opciones tienen, teniendo en cuenta sus circunstancias y las preferencias que expresen. Generalmente tiende a asociarse la crisis conyugal con el divorcio, pero esto no tiene por qué ser así: existen también otras posibilidades, como la separación legal.
La separación supone el fin de la presunción de convivencia entre los cónyuges, pero sin que se roma el vínculo legal que los une. Esto, en términos sencillos, se traduce en que no tienen que vivir juntos pero seguirán estando casados, por lo que los trámites serían más fáciles en caso de una reconciliación. Es por eso que, antes de tomar el paso de divorciarse, conviene estudiar con ayuda de un abogado la posibilidades que tenemos a nuestro alcance.
Por otro lado, si llega a plantearse de divorcio, también deberemos informarnos sobre las diferentes formas en que puede llevarse a cabo: contencioso/ de mutuo acuerdo; judicial/notarial; etc. El abogado le explicará las características de cada uno y usted estará en mejores condiciones de tomar una decisión.
En resumen, un abogado de familia le puede asistir tanto la fase previa a la crisis de pareja, como durante y posteriormente a la misma. Esto incluirá, por supuesto, todas las medidas que deban tomarse respecto a los hijos menores, si la pareja también los tuviera.
Si desea ampliar esta información o hacernos alguna consulta, no dude en ponerse en contacto con nuestro despacho de abogados de familia de Madrid. Le ayudaremos.
