La ruptura matrimonial no ha de ser considerada necesariamente como un fracaso personal y una frustración que perdure para el resto de la vida, sino que, una vez adoptada firmemente la DECISION de divorciarse, lo óptimo es planificar cuidadosamente el futuro inmediato, organizando de la mejor forma el cese de la convivencia.
¿Es posible la mediación jurídico-familiar?
Sí. En numerosas ocasiones, la decisión de tramitar un Divorcio no está suficientemente asentada, y requiere la INTERMEDIACION de un Abogado Matrimonialista. Este profesional, actuará como Mediador y Arbitro y podrá facilitar la toma de decisión conjunta o personal de iniciar el Divorcio al cónyuge, o inclusive a ambos simultáneamente.
En otros casos, la relación conyugal está demandando una fase de refresco y paréntesis, para facilitar un reinicio posterior de la vida familiar, bajo nuevos mecanismos de funcionamiento de la convivencia y la realidad familiar. Para planificar un cese de la convivencia como medio de experimentación, también es necesaria una planificación legal personalizada, a fin de evitar efectos indeseados en la ulterior tramitación divorcial, si finalmente se produce.
Como es muy común que los procesos de Divorcio desemboquen en conflictos judiciales, a causa de una ineficiente comunicación del deseo de divorciarse al otro cónyuge, se hace precisa una adecuada puesta en conocimiento del cónyuge, no solo la decisión del divorcio como tal, sino muy especialmente las condiciones que se presentan como necesarias para poder alcanzar un acuerdo. Para ello, es imprescindible hacer participar a los abogados matrimonialistas desde ese primer momento, para que mediante una adecuada planificación del contenido del Convenio de mutuo acuerdo, se pueda alcanzar de forma consensuada y negociada una extinción amistosa del matrimonio, de la custodia, del uso de la vivienda, de las pensiones, y de la liquidación de los bienes gananciales o comunes.